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El Internet de las Cosas, un futuro inmediato 09/04/2014  |

Entrevista al director general de Cisco en España: "El Internet de las Cosas, un fenómeno en ciernes, pero imparable, con 10.000 millones de dispositivos conectados y la previsión de una red de 50.000 millones en 2020, se implantará, sin duda, en la vida cotidiana en un futuro 'inmediato'".

Servicios urbanos como la limpieza de calles y el reciclado, la iluminación, los transportes, los edificios, el aparcamiento público y otros muchos relacionados con el ámbito doméstico, agrícola, comercio o el turismo están abriendo sus puertas a este proceso, por el que todo pasará a estar interconectado, a partir de la expansión de sensores incorporados a cualquier objeto con conexión a Internet.

El tráfico de datos móviles máquina-máquina representa actualmente el uno por ciento del total de esas comunicaciones. No obstante, las previsiones para 2018 es que se haya multiplicado por seis, hasta la cifra de 2.000 millones, con un porcentaje del cinco por ciento del total, ha explicado en una entrevista con Efe el director general de Cisco en España, José Manuel Petisco. El directivo ha destacado que este Internet de las cosas no implica sólo interconexión de sensores, robots, Internet y aplicaciones, sino que es algo mucho más complejo. En su opinión, afecta a todos los procesos en las empresas para la obtención de mayores rendimientos y menores costes, con el análisis de ingentes cantidades de datos y la exploración de todo un mundo de nuevos modelos de negocio en todo tipo de sectores.

En este entorno de interconexiones globales de todo con todo y con todos, es previsible que la seguridad funcione de forma integral con mecanismos de autoprotección automática, ha dicho. A modo ilustrativo, ha explicado que este mundo sería comparable a una red de carreteras en donde los vehículos (los dispositivos conectados) avisarían al resto, en caso de cualquier problema, dígase virus o cualquier tipo de 'malware', actuando de forma dinámica y coordinada para evitar la expansión de código malicioso.

Las llamadas redes 'inteligentes', dentro de este Internet de las cosas en donde cualquier objeto se convierte en sensor, generador de información y con acceso a Internet para conectarse con otros dispositivos, sistemas, procesos y personas, se están implantando en todo tipo de áreas de actividad a ritmos vertiginosos, ha destacado el directivo. Sin embargo, su mayor o menor éxito no estará tan vinculado a sus niveles técnicos como a la capacidad de sustentarse con modelos de negocio rentables.

BARCELONA, PIONERA ENTRE LAS CIUDADES 'INTELIGENTES'

Ciudades como Barcelona están siendo pioneras en la implantación de redes 'inteligentes'; de hecho, en consumo de agua sus iniciativas han permitido hasta el momento un ahorro de 42 millones de euros, y en iluminación, de 27 millones, con sistemas que permiten regular la luz de las farolas en función del tránsito en cada momento. Otros proyectos innovadores pasan por incorporar sensores de gases o peso en contenedores de basura para televigilar el estado de putrefacción o salubridad de restos orgánicos y flexibilizar las rutas de recogida de basura ajustando recursos en tiempo real. Del mismo modo ayudaría a los ayuntamientos la instalación de sensores en depósitos de reciclado de vidrio o cartón que permitirían por control remoto comprobar si están llenos o no.

En agricultura de precisión, sensores con chips y conexión sin cables están permitiendo la medición de humedad del terreno en tiempo real, tomando decisiones sobre las distintas producciones agrícolas en todo el proceso. En un país como España de tradición vinícola, el control de viñedos y su producción, distribución y comercialización con sensores en todos estos procesos será "absolutamente diferenciador y fundamental", según el directivo. Pero no sólo proliferan los servicios 'inteligentes' impulsados por administraciones o empresas, sino que estos también están aterrizando en los hogares, y además muy rápido.

De hecho, es de esperar que muy pronto se popularicen aplicaciones para utensilios cotidianos que incorporarán sensores y tendrán precios asequibles. Por ejemplo, cepillos de dientes con chips podrían informar en tiempo real al usuario del estado de salud de su boca e incluso notificarle cuando sería recomendable su próxima visita al dentista. Y las cafeteras sabrán si su dueño quiere un café y con qué cantidad de azúcar dependiendo de su estado de humor o sus necesidades médicas.

Fuente original:Madrid+D