Autor:  Ana Morato. Directora General de la Fundación OPTI  

Es evidente que los países emergentes están demandando y van a demandar durante muchos años está capacidad de ingeniería, construcción y gestión, que nuestras empresas están en condiciones de aportar. 

Para dar respuesta a estas demandas se precisa una importante labor de lobby, tanto a nivel empresarial como a nivel institucional, así como la formación de consorcios que, liderados por grandes empresas, integren a PYMES con desarrollos y soluciones competitivas. Es imprescindible promover los intereses de la industria nacional y defender y difundir sus capacidades y experiencias con una sola voz. Estas labores institucionales y empresariales en relación con la exportación de conocimiento deben impulsar la idea de excelencia asociada a la imagen de la empresa española, elemento muy íntimamente ligado con la necesidad de generar una marca país propia vinculada a la imagen de calidad de vida, sostenibilidad y salud asociada a conceptos de tecnología y producción.

Entre las alternativas y experiencias existentes, cabe destacar las oportunidades relacionadas con la exportación de soluciones y conocimiento asociado a las tecnologías del transporte, como la alta velocidad o redes convencionales de ferrocarril (incluyendo transporte urbano). La estratégica situación española en este sector en cuanto a posición tecnológica y experiencia relacionada, nos permite disponer de un reconocimiento internacional que abre una importante oportunidad en estrategias de internacionalización y valorización del conocimiento mediante transferencia del know-how a otros países, tanto en ingeniería, asesoramiento técnico o transferencia de tecnología... Colaboración entre empresas

La globalización comercial, los mercados abiertos que llevan a una competencia feroz, hacen necesario, fundamentalmente para las PYMES, buscar nuevas estrategias para mantener su competitividad. En este aspecto, las pymes deberán aprovechar el impulso y las vías abiertas por las grandes empresas españolas en el exterior.

Para poder ofrecer soluciones tecnológicas por parte de unas pymes altamente especializadas en nichos de negocio muy específicos, se debe plantear la imperiosa necesidad de incrementar la cooperación entre empresas y la formación de alianzas estratégicas para alcanzar la masa crítica que permita la supervivencia de diversas pymes, y que permita disponer de potencial tecnológico propio y capacidad financiera suficiente para asumir en mejores condiciones los costes de desarrollo e industrialización de nuevos productos, y poder reforzar las estrategias de crecimiento.

Esta cooperación debe materializarse en trabajo colaborativo y optimización de recursos para hacer frente a las actividades de innovación. Incluso empresas competidoras en nuestro mercado deberían asociarse para salir a competir en el mercado global. De este modo, se facilitaría el intercambio de conocimiento intersectorial ampliando los mercados objetivo para el desarrollo de bienes y servicios. La generación de redes colaborativas de PYMES, permite generar nuevas soluciones, con la fuerza de una gran empresa y la agilidad de una pequeña, diversificando así la cartera de clientes en nuevos sectores industriales de una manera eficiente y competitiva, reduciendo costes en la cadena de suministro. 

HACIA UNA PYME GLOBAL

Solo una quinta parte de las PYMES europeas exporta, y solo un 3% tiene filiales, sucursales o empresas conjuntas en el extranjero. Las cifras en España son aún más bajas, y de hecho, un porcentaje sustancial de empresas, ni siquiera piensa en la internacionalización, a pesar de los estudios que la relacionan directamente con el aumento de la rentabilidad, el crecimiento y la viabilidad empresarial a largo plazo. El mantenimiento de la competitividad de la industria nacional en los mercados globales, pasa inexorablemente por un apoyo institucional a la internacionalización y exportación del conocimiento, al tiempo que por un esfuerzo para superar las todavía existentes barreras idiomáticas y la resistencia a la movilidad profesional.

La industria española tiene tecnología propia, una buena imagen país y un importante tejido empresarial con capacidad de adaptación al entorno, es una oportunidad para la industria, especialmente en momentos de muy débil crecimiento interno, dar el paso a la implantación en mercados emergentes.

La internacionalización de soluciones "llave en mano" es una de las 15 oportunidades estratégicas para la economía y la industria españolas identificada en el estudio de prospectiva "Oportunidades Tecnológicas e Industriales para el Desarrollo de la Economía Española" desarrollado por la Fundación OPTI para el Ministerio de Industria y Energía que puede consultarse en la página web de la Fundación www.opti.org