Los datos de EE.UU. son demoledores: en las últimas navidades el 52% de los que llevaban un móvil consigo lo emplearon al comprar en comercios tradicionales, según una encuesta de Pew. En concreto, un 38% llamaron a un amigo para pedirle consejo, el 24% buscaron opiniones en webs y el 25% simplemente chequearon si había un precio más barato en la Web.

Y muchos debieron encontrar ese menor coste, hasta el punto de que algunos tenderos han empezado a adaptarse a este cambio de costumbres. Si hasta ahora Internet se usaba para investigar antes de comprar offline, ahora parece que se emplea para todo lo contrario y eso obliga a convertir las tiendas en simples showrooms o escaparate. También lo están aprovechando los comercios online: Amazon ofrece descuentos a aquel que escanea un producto en un establecimiento físico.